miércoles, 18 de enero de 2017

Appledelhi Siniz Hesap Lütfen

"Cuando nos conocimos, me dijiste que eras un hombre que ya había muerto una vez. ¿No crees que ya es hora de enterrar a ese muerto?"


Todavía hay quienes no se enteran de qué va Cowboy Bebop.

"Grupo de cazarrecompensas tiene aventuras por el espacio" vale más o menos como sinopsis, pero va siendo hora de que algunos aprendan la diferencia entre tema y argumento. Esto que he puesto es el argumento, "la dolorosa e imborrable huella del pasado en las personas" es el tema. Que Spike tenga un ojo artificial y el brazo izquierdo de Jet sea metálico no son coincidencias; es el rastro del pasado en sus cuerpos, cicatrices físicas de heridas psicológicas aún abiertas. Y el setting también suma, situándose en un futuro de aura añeja, lleno de tierra y cacharros antiguos, con jazz por banda sonora y el sonido nostálgico de una armónica (o un piano, o una cajita de música) acompañando aquí y allá. Y a medida que avanzan los capítulos, ¡uy! Un viejo conocido, y luego otro, y después otro; porque muchos de los conflictos surgen del cruce de los protas con personas que les obligan a confrontar asuntos sin resolver de sus vidas. Así, los episodios se suceden hasta desembocar en un enfrentamiento final con el pasado, inevitable desenlace de la serie. Una y otra vez, por activa y por pasiva, Cowboy Bebop nos dice que no podemos escapar de nuestro pasado.


Appledelhi Siniz Hesap Lütfen, o Appledelhi a secas, es un personaje de Cowboy Bebop. Aparece tan solo en un episodio, ocupa la pantalla menos de cinco minutos en total, y es uno de mis secundarios favoritos en el mundillo de la animación. Lo que hace especial a este personaje en el contexto de la serie es que, a diferencia de los protagonistas (y de todo el mundo), vive únicamente en el presente.  Appledelhi es un tipo que se dedica a trazar mapas en una zona castigada por una frecuente lluvia de meteoritos que altera su orografía de forma constante. ¿De qué sirve hacer un mapa de un relieve en permanente metamorfosis? De nada. ¿A quién se le ocurriría semejante idea? Tan solo a alguien que no repare en el futuro, en objetivos a medio ni largo plazo. Y es que estamos ante un hombre incapaz de recordar cómo se llama su único compañero. Appledelhi no piensa en lo que vendrá ni en lo que ya fue. No vive en el futuro, ergo, no se preocupa; no vive en el pasado, ergo, no se estanca. Y como vive en el presente nada lo encadena, es un hombre libre. La única persona libre de ataduras en Cowboy Bebop. No extraña, por tanto, que sea un padre ausente; primero tiene un hijo sin considerar lo que supondrá, y luego lo deja atrás porque su forma de ser no contempla el apegarse a nada. Appledelhi aparece tan rápido como desaparece y lo hace siempre sin avisar.

Dadas estas características, resulta revelador que su personalidad sea tan vivaracha y, sobre todo, que los guionistas tomasen la decisión de hacerle aparentemente invencible. De un plumazo, con la seguridad y la despreocupación que le caracterizan, Appledelhi mantiene a raya a Jet y Spike con la única ayuda de un par de huevos (de gallina) y sus propias manos. Qué casualidad que el único personaje que nos presentan como ajeno al pasado y el futuro sea el más fuerte y más feliz de cuantos pasan por Cowboy Bebop


Pese a su breve aparición, que no podía ser de otro modo dada la naturaleza de su carácter, Appledelhi supone el mayor contrapunto al tema de la serie. Él también forma parte del pasado de alguien de la tripulación, pero, al mismo tiempo, es una excepción a la máxima del pasado como peso con el que todos cargamos. Este personaje se deja ver en uno de los últimos episodios, justo como antesala del choque final con el pasado de los tripulantes del Bebop. Es la otra cara de la moneda, el contraste que acentúa el discurso de la obra.